Continuando el exitoso ciclo de catas verticales de vinos íconos chilenos, organizado por la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos (ANIAE) para sus asociados, el pasado 25 de agosto se llevó a cabo la cata de vinos íconos de la Viña Morandé, en su bodega en Pelequén (VI Región), degustando cuatro añadas de su vino ícono House of Morandé.
El entorno de la cata, realizada en la sala de degustación ubicada sobre la bodega experimental de la Viña Morandé, fue el marco perfecto para catar los impresionantes vinos ensamblados, con base de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. En esta ocasión, se degustaron cuatro añadas que dan buena fe del carácter de este maravilloso vino y su enorme capacidad de guarda.
Los asistentes a la actividad fueron recibidos por el enólogo de la viña Ricardo Baettig, quien además de dirigir la cata realizó una breve y certera presentación de los viñedos donde se origina la uva con la que se elaboran sus vinos, introduciendo a los participantes en el origen y la historia de los vinos a degustar, lo que fue extremadamente útil para animar la posterior discusión técnica.
La conversación se prolongó durante el cóctel, donde se pudieron degustar otros vinos elaborados por la Viña Morandé, como sus Chardonnay procedentes de Casablanca y de Malleco, el País Colinas de Ranquil, de la serie Morandé Adventure, o algunos de sus vinos Pinot Noir, elaborados también tanto en el Valle de Casablanca como en el Valle del Malleco, lo que permitió a los asistentes compartir una animada conversación acerca de las características diferenciales que cada valle aporta al vino.
Agradecimientos a las empresas colaboradoras Grupo Altasur y Quintessence, quienes nos apoyaron entusiastamente para llevar a cabo la actividad.
La degustación guiada por Ricardo, fue un grato recorrido por la historia del vino House of Morandé y el viñedo del que este procede, desde sus orígenes en manos de Pablo Morandé y su evolución hasta el día de hoy, en manos de Ricardo Baettig. Para ello, se descorcharon vinos House of Morandé 1999, 2010, 2017 y 2018, elaborados con una base de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc del valle del Maipo.
La cosecha 1999 sorprendió a todos los asistentes por sus notas afrutadas, y por mantener, a pesar de su largo envejecimiento, una buena acidez, un buen color y una estructura que dan buena fe de su excelente potencial de guarda.
La cosecha 2010 se mostraba algo más fresca que la anterior, recordando igualmente notas de frutas negras y un toque balsámico, mostrándose bien estructurado y largo en boca.
La cosecha 2017 mostraba una buena intensidad aromática, y algunas notas fenólicas en nariz. En boca, su excelente acidez le aporta frescor a un vino con mucha estructura y una buena carga tánica, lo que apunta a una evolución positiva en botella durante los próximos años.
La cosecha 2018, a pesar de ser un vino que ya está listo para tomar, tal y como indican sus notas afrutadas y balsámicas en nariz, todavía se muestra un poco agresivo en boca, debido a su alta acidez y a una marcada astringencia, siendo un vino que se mostrará en su máximo esplendor en unos años más.