Dos expertas en vinos explican sus orígenes y cómo llegó al país, y entregan algunas recomendaciones de la temperatura a la que se debe beber y los alimentos con que mejor combina.
Desde 2014, todos los 24 de noviembre se celebra el Día Mundial del Carmenere, una especial cepa que se creía extinta en el siglo XIX, pero que gracias a las condiciones meteorológicas y geográficas de Chile pudo conservarse en el territorio hasta el día de hoy y destacar al país alrededor del mundo gracias a sus características únicas.
Adriana Cerón, presidente de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos, explica a Emol que en Chile se concentra casi el 95% de superficie plantada de este linaje en el mundo, y gracias a una “confusión”-después de haber pensado que estaba extinta- hoy los viñedos chilenos de esta casta constituyen un importante aporte al patrimonio vitivinícola mundial.
Sin duda el Cabernet Sauvignon de Chile sigue siendo la variedad tinta más importante en términos comerciales y de reconocimiento internacional, sin embargo, la cepa Carmenere es reconocida en todo el mundo como una especialidad de Chile y es muy solicitada en ciertos mercados que aprecian el estilo amable del vino”, sostiene Cerón.
La enóloga cuenta que esta es una variedad que pertenece a la familia de los Cabernet y es de maduración lenta, por lo que es prácticamente la última en ser cosechada durante la vendimia. Como vino mono varietal puede lograr gran fineza, pero también es muy atractivo en mezcla, particularmente con Cabernet Sauvignon o Petit Verdot.